Suelos
1 Mantenimiento de suelos de madera
El tipo de suelo más común en casi todos los hogares, a excepción de habitaciones como la cocina o los baños, es el de madera, concretamente el parquet o la tarima. Es un material que aporta mucha calidez a la casa, pero que se daña fácilmente con la humedad, sobre todo si no está barnizado, por lo que no es aconsejable fregarlo con asiduidad.
Lo mejor para su mantenimiento es realizar una limpieza diaria con una mopa, para retirar todo el polvo y, una vez a la semana, limpiar con algún producto específico para este tipo de suelos, que no dañan el barnizado. Además, de vez en cuando, sí es aconsejable pasar una fregona muy escurrida o una mopa humedecida, con agua tibia y un poco de vinagre, para sacarle brillo.
2 Como limpiar los suelos de gres
Los suelos de gres pueden ser de porcelana, rústicos o esmaltados. Es un suelo fácil de mantener, aunque hay que tener cuidado con usar productos abrasivos o materiales de limpieza duros que puedan rayar y quitar el brillo o esmalte.
Lo mejor es limpiar con agua tibia y jabones neutros, o, en casos como la cocina, aplicar un poco de amoniaco en el agua, ventilando bien la casa. Además, existe un truco casero que consiste en añadir al agua un chorro de suavizante para la ropa, con lo que se consigue mantener el esmalte del suelo reluciente, a la vez que obtenemos un ambiente fresco y sin olores.
3 Suelos de mármol
En los hogares también podemos encontrar suelos de mármol, un material muy duro y resistente al desgaste. Su mantenimiento es similar al que realizamos con el suelo tipo gres, es decir, empleando exclusivamente agua tibia con jabón neutro y, en ocasiones, añadiendo un poco de suavizante o amoniaco. Además, cuando notemos que se va yendo el brillo, podemos emplear un poco de vinagre blanco diluido en agua.